Rueda de prensa con ocasión del Jubileo de los Reclusos (6 de noviembre) y del Jubileo de las Personas Excluidas Socialmente (13 de noviembre)

Oficina de Prensa de la Santa Sede, 3 de noviembre de 2016

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El Jubileo de la Misericordia se está acercando a su conclusión. Algunos eventos particularmente importantes señalan esta última fase de la celebración. Hemos vivido un Año intenso, rico de novedades y de momentos muy significativos para la vida de la Iglesia. Quien frecuenta la zona de San Pedro habrá podido ciertamente notar la presencia constante de peregrinos en procesión hacia la Puerta Santa. No se puede tampoco olvidar la Audiencia del sábado 22 de octubre, que ha reunido el número más alto de peregrinos participantes para una Audiencia Jubilar: mucho más de 93.000, entre la Vía de la Conciliación y la Plaza de San Pedro. Habrá ocasión, en las próximas semanas, para un momento de reflexión conclusiva de cara a evaluar si la finalidad y las expectativas del Jubileo se han cumplido y los eventuales límites que puedan haber impedido su éxito completo.

En este momento, nos centraremos en dos acontecimientos que se desarrollarán en las próximas semanas. El primero tendrá lugar el sábado 5 y el domingo 6 de noviembre, cuando celebraremos el Jubileo de los Reclusos. Por primera vez, será posible para un gran número de detenidos procedentes de distintas partes de Italia y de otros países, estar presentes en la basílica de San Pedro para vivir su propio Jubileo con el papa Francisco. Sabemos del interés del Santo Padre por las personas encarceladas. En sus viajes, cuando ha sido posible, ha visitado cárceles para llevar una palabra de aliento y consuelo. Basta pensar en la celebración de su primera celebración de la Santa Misa in Coena Domini en la Cárcel de Menores de Casal del Marmo, o en sus numerosas visitas a las cárceles de muchas ciudades: Poggioreale (Nápoles), en marzo de 2015, donde ha compartido la comida con los encarcelados; Filadelfia (USA), en septiembre de 2015; Palmasole (Bolivia), en julio de 2015; y en Ciudad Juárez (México), en febrero de 2016. Ese mismo interés se ve en la Carta escrita después de la promulgación de la Bula de convocación del Jubileo Misericordiae vultus: “Mi pensamiento se dirige también a los presos, que experimentan la limitación de su libertad. El Jubileo siempre ha sido la ocasión de una gran amnistía, destinada a hacer partícipes a muchas personas que, incluso mereciendo una pena, sin embargo han tomado conciencia de la injusticia cometida y desean sinceramente integrarse de nuevo en la sociedad dando su contribución honesta. Que a todos ellos llegue realmente la misericordia del Padre que quiere estar cerca de quien más necesita de su perdón. En las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.

El programa del Jubileo, por lo tanto, no podía por menos que destinarles un  espacio. Lo que se vivirá el próximo domingo en San Pedro, se verá reflejado en muchas diócesis del mundo que se unirán al Santo Padre para celebrar solemnemente esa jornada con los reclusos. En los últimos meses, hemos escrito a las Conferencias Episcopales de todo el mundo, invitando a los Obispos a vivir este domingo visitando prisiones y celebrando el Jubileo con los detenidos. Han sido muchas las respuestas positivas que hemos recibido y podemos realmente pensar que la celebración tendrá eco en todo el mundo.

Han sido invitados a participar en el Jubileo en Roma los detenidos con sus familiares, los agentes de la Policía Penitenciaria y otros funcionarios de prisiones, los capellanes de prisiones y las asociaciones que ofrecen servicios dentro y fuera de las cárceles. Hasta la fecha se han inscrito más de 4.000 personas, de las cuales más de un millar son detenidos procedentes de 12 países: Inglaterra, Italia, Letonia, Madagascar, Malasia, México, Países Bajos, España, Estados Unidos, Sudáfrica, Suecia y Portugal. Cabe destacar, también, la presencia de una delegación luterana, proveniente de Suecia.

El grupo más numeroso proviene de Italia, donde gracias a un acuerdo con el Ministerio de Justicia y a la Inspección General de Capellanes estarán presentes en San Pedro detenidos de todas las categorías. Habrá, por lo tanto, menores de edad, personas con alternativa a la reclusión en el territorio, personas bajo arresto domiciliario y prisioneros con condenas definitivas de diverso tipo, en fin, una presencia verdadera que señala un empeño real por ofrecer un futuro y una esperanza que van más allá de la condena y de la duración de la pena. Vale la pena recordar, además, que en los últimos meses, la colaboración con el Ministerio de Justicia ha permitido que seis reclusos desarrollasen su servicio como voluntarios del Jubileo. Una experiencia intensa vivida por todos con espíritu de verdadera entrega y responsabilidad.

El programa de estos dos días es muy sencillo y no se aparta del espíritu con que se ha querido vivir el Jubileo. El sábado 5, los participantes tendrán la oportunidad de confesarse en las iglesias jubilares y de realizar la peregrinación hasta la Puerta Santa de San Pedro, atravesando el recorrido de la Vía de la Conciliación, para prepararse a la Celebración del día siguiente. A partir de las 7:00 horas se podrá entrar en la Basílica, en espera de la celebración de la Santa Eucaristía presidida por el Santo Padre a las 10:00 horas. Muy intenso, a partir de las 9:00 horas, será el momento de los testimonios. En efecto, antes de la celebración eucarística presidida por el Santo Padre se escucharán cuatro testimonios que abrazan el arco del mundo de las prisiones. Un recluso que en la cárcel ha experimentado la conversión hablará junto a su víctima con la que se ha reconciliado; el hermano de una persona asesinada que se ha convertido en instrumento de la misericordia y el perdón; un menor de edad que está cumpliendo una condena y, por último, un agente de la Policía Penitenciaria, que está en contacto diario con los internos. Escucharemos sus experiencias de vida, y comprenderemos que el tema de la misericordia no es en absoluto una palabra teórica, sino una verdadera acción cotidiana que a menudo representa un verdadero desafío existencial. Los testimonios serán acompañados por músicas y cantos realizados por el Coro Papageno, compuesto por voluntario y detenidos de la Prisión “Dozza” de Bolonia.

Algunas particularidades ayudarán a dar mayor significado al desarrollo de esta jornada. En primer lugar, el servicio litúrgico correrá a cargo de los reclusos. Las hostias que serán utilizadas en la Santa Misa las han producido los internos de la prisión Opera de Milán, como parte del proyecto “El Sentido del Pan”, pensado y organizado con motivo del Jubileo y desarrollado en colaboración con la “Fundación Casa del Espíritu y de la Cooperativa de las Artes”. Para esta celebración, se exhibirá por primera vez el crucifijo recién restaurado por el Capítulo de la Basílica de San Pedro. Es un crucifijo de madera del siglo XIV que, exceptuado el primer Jubileo del año 1300 convocado por el Papa Bonifacio VIII, ha estado presente en todos los Jubileos de la historia hasta hoy. Hace unos días, el Cardenal Comastri ilustró el valor artístico del Crucifijo y el trabajo de restauración llevado a cabo en los últimos meses. Al lado de la cruz, estará expuesta la imagen de Nuestra Señora de la Merced, patrona de los presos; el niño Jesús tiene en sus manos las esposas abiertas como un símbolo de libertad y confianza. Antes de la Santa Misa, el Papa recibirá a algunos prisioneros y personalidades presentes en la celebración. El Ángelus dominical se rezará como siempre en el Palacio Apostólico y los prisioneros participarán en él desde un sector de la Plaza.

La semana siguiente, el viernes 11, el sábado 12 y el domingo 13 de noviembre, se celebrará el Jubileo de las Personas Excluidas Socialmente, es decir, personas que, por diversas razones, desde la precariedad económica a diferentes patologías, desde la soledad a la falta de lazos familiares, tienen dificultades para integrarse en la sociedad y, a menudo, terminan por permanecer al margen, sin un hogar o un lugar para vivir. Personas que encontramos cada día y que a menudo nuestros ojos no quieren ver, y miran hacia otra parte. Acudirán a San Pedro esos días unas 6.000 personas de diferentes países: Francia, Alemania, Portugal, Inglaterra, España, Polonia, Países Bajos, Italia, Hungría, Eslovaquia, Croacia y Suiza. La organización corre a cargo de la Asociación francesa Lázaro, fundada por Étienne Villemain, que se ha encargado de animar este Jubileo con la iniciativa: Hermano. Los participantes tendrán un intenso programa jubilar: el viernes 11, a las 11:30 horas, encontrarán al Papa Francisco en el Aula Pablo VI, que escuchará algunos testimonios y conversará con ellos. En algunas iglesias de Roma también se tendrá la oportunidad de escuchar sus testimonios el sábado día 12, a las 10:00 horas. Las iglesias son: San Salvador en Lauro (inglés); Santa Mónica (holandés); San Luis de los Franceses (portugués); Los Santos Doce Apóstoles (francés); San Juan Bautista de los Florentinos (polaco); Santa María en Vallicella o Chiesa Nuova (alemán); Santa Maria sopra Minerva (italiano); San Andrés del Valle (españoles); y Santa María Magdalena en el Campo de Marte (eslovacos). El sábado por la tarde, a las 17:00 horas, habrá una vigilia de la Misericordia en la Basílica de San Pablo Extramuros. La Vigilia será precedida por una breve peregrinación hacia la Puerta Santa de la Basílica Ostiense, partiendo de los jardines delanteros.

Por último, el domingo, el Santo Padre presidirá la Celebración Eucarística en la Basílica de San Pedro, a las 10.00 horas. Al terminar, el Ángelus será recitado, como de costumbre, desde el Palacio Apostólico a las 12:00 horas.

El domingo 13 de noviembre, como todos sabemos, se cerrará en todas las Iglesias y Santuarios del mundo la Puerta de la Misericordia. La celebración jubilar en San Pedro quiere recordar a la Iglesia las palabras de Jesús: “Los pobres los tenéis siempre con vosotros” (Mc 14,7). El cierre de la Puerta de la Misericordia, por lo tanto, no agota el compromiso de la Iglesia, sino que, a la luz del Jubileo vivido refuerza su testimonio.

El mismo día, en las tres Basílicas Papales se cerrará la Puerta Santa. San Juan de Letrán lo hará a las 17:30 horas; San Pablo Extramuros a las 17:00 horas; y Santa María La Mayor a las 18:00 horas.

Estamos convencidos de que estos dos eventos jubilares serán vividos con la misma intensidad y experiencia de oración con que hemos visto celebrar todo el Jubileo. Un horizonte significativo del programa jubilar que mira hacia el próximo 20 de noviembre con serenidad y confianza.

 

 

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